Cada vez que uso VLC simplemente me asombro: la cantidad de funciones y las características únicas de este programa sobrepasan cualquier expectativa que pudiera tener.
Sorprende también el hecho de que no se encuentre aún en versión 1.0, la más nueva es la 0.8.6f. Es decir que no me quiero imaginar cómo será la 1.0
Pero comencemos por el principio y digamos qué es VLC: es un reproductor multimedia cross-plataforma, es decir, que funciona en Windows, GNU/Linux o Mac OS X entre otros sistemas operativos. Soporta una gran cantidad de formatos multimedia sin la necesidad de codecs adicionales: sí, lo leyeron bien: sin la necesidad de codecs adicionales, así que los usuarios de Windows no tendrán que caer en esa pesadilla que supone buscar paquetes de codecs actualizados que probablemente sean virus, etc. Para los usuarios de GNU/Linux, esto no supone una gran ventaja siendo que mplayer ofrece suficientes codecs y tiene similares características, lo mismo Xine, aunque está dedicado sólo a la reproducción.
VLC se distingue del resto porque puede ser utilizado también como un servidor de streaming: esto es, transmitir video o audio mediante Internet, así podemos crear una especie de canal de TV propio.
Otra de las sorprendentes características de VlC es su capacidad para trascodificar al vuelo (on the fly transcoding), es decir, convertir un formato de video que están siendo reproducido, en otro formato de video (generalmente con el fin de que ocupe menos en el disco duro, o para guardar un video que estamos viendo desde Internet).
VideoLAN es un proyecto de software que produce software para video bajo la licencia GNU General Public License (GPL), el principal producto es justamente VLC media player.
Continuando con las características, diremos que puede reproducir una gran cantidad de formatos de audio y video, entre los cuales podemos citar MPEG-1, MPEG-2, MPEG-4, DivX, mp3, ogg, por dar sólo algunos ejemplos, pero no faltan los WMV, WMA, etc., y tampoco desde ya los DVDs, VDSs y los protocolos de streaming.
